Escuchando el juego
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La situación es conocida: Última generación de consola. Pantalla con resolución 4K con mil cosas más descritas con un montón de siglas. Pero…también unos auriculares que se caen a pedazos y/o suenan a tubería hueca. O directamente el volumen del sonido quitado (como en la mayoría de juegos de móvil) para poner cualquier otra cosa “de fondo”.
Este trío es una situación mucho más habitual de lo que uno cree.
Y es que el apartado sonoro ha sido siempre la faceta menos valorada por mucha gente. Pero a la vez, en contra de toda lógica, unas pocas notas nos harán volver rápidamente a una sensación y recuerdos concretos de ese juego por mucho tiempo que haya pasado.
Solo hay que ver la nueva película animada de Super Mario. Era más que curioso oír a adultos que hacía mucho tiempo que habían jugado juegos de la franquicia de Nintendo sorprendiéndose por reconocer los acordes de las melodías y efectos sonoros orquestados en las aventuras del fontanero comesetas en la gran pantalla.
Si no tengo algo lo cojo de otro lado
Hay casos donde la banda sonora es la parte principal de un juego, pero, siguiendo el ejemplo de muchas películas, se crea con música que viene de fuera y se unen en un nuevo producto. Todos recordamos los clásicos juegos musicales y/o de ritmo como el Taiko no Tatsujin o el archiconocido Guitar Hero con todas sus secuelas. Siguiendo el ejemplo de un catálogo de karaoke, se basan en el tirón de las propias canciones de su catálogo para potenciarse.
No todo es música.
Aunque no todo queda en canciones, los detalles sonoros, efectos y otros pequeños puntos, aunque pueden parecer menores, son también clave para dar una inmersión en nuestra partida.
Un clásico ejemplo son los juegos de terror. Para crear la atmósfera adecuada cualquier estímulo por leve que sea, y la combinación de los efectos con la propia banda sonora vinculada a nuestro progreso e interacciones serán de los más necesarios para conseguir un producto de gran calidad.
Y es que con los efectos tan relevantes que tienen algunos juegos, como Sekiro, hay gente que ha conseguido completar los combates con los jefes finales solo por lo bien detallados que están sus ataques mediante los efectos de sonido que los acompañan.
Pero incluso hay casos de juegos que van mucho más allá. En Blind Drive, se basa en que eres un conductor que va con los cristales del coche tintados. Solo ves una pantalla en negro con el dial de la radio del coche y tienes que conducir por el sonido de la carretera para ir esquivando los obstáculos que se acercan.
Por todo ello, es mas que recomendable invertir tanto en el desarrollo del juego como en el apartado sonoro del mismo, dejando apartados más secundarios para el final. Conseguiremos sumergirnos mucho más en la propia aventura, ¿piensas igual?
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